Cambio en la identidad (Parte 2/2)

Como dijimos en la primera parte de esta entrada, no podemos derivar de la condición biológica de las mujeres un mayor desarrollo y mantenimiento de la identidad relacional: no se puede asociar biológicamente la maternidad con la identidad relacional. Así pues, ¿cuál es la causa de ese desarrollo por parte de los hombres de una identidad individual y del mantenimiento por parte de las mujeres de una identidad relacional?

El elemento clave para responder a esta pregunta es aquel factor del que hablábamos en la primera parte, el cual contribuye de manera decisiva a la hora de desarrollar un tipo de identidad u otro: un sistema de representación abstracto. Debido a la función maternal de las mujeres, éstas no tenían tantas posibilidades como los hombres de realizar ciertas tareas. Estas tareas eran principalmente las salidas con el objetivo de cazar. Al ser los hombres los que salían a cazar y las mujeres las que no podían hacerlo debido al mantenimiento de las crías (principalmente por su reducida movilidad durante el embarazo y capacidad de amamantar después de éste) se produjeron distintas formas de relación con el entorno. Estas diferentes maneras de relacionarse con el entorno es la causa del inicio de esa diferencia en la identidad entre hombres y mujeres.

“En el momento en el que representamos el entorno a través de un mapa (de forma abstracta) estamos rompiendo esa unión hombre-mundo y dejando paso a una visión en la que estamos nosotros y un mundo que interpretamos como distinto a nosotros”. Esto es lo que les va ocurriendo poco a poco a los hombres con el entorno a diferencia de las mujeres. Debido a la función de cazadores de los hombres, la relación con el entorno es diferente a la de las mujeres. Éstos tienen que estructurarlo de forma diferente (conociendo caminos, estableciendo puntos de referencia…) y tienen que enfrentarse a sorpresas e imprevistos que hacen que cada vez vayan viendo ese entorno como algo diferente a ellos: algo que está ahí y donde ellos actúan. En otras palabras: su identidad se va individualizando.

Este proceso, que en un principio no resultaba opresor para las mujeres (pues resultaba algo natural), se fue retroalimentando hasta llegar a un punto en el que fue irreversible. En el momento en el que ciertas condiciones cambiaron y las mujeres también pudieron o quisieron relacionarse con el entorno y con el grupo de la misma forma a como lo hacían los hombres, esa diferenciación en las identidades había calado demasiado. Es ahí donde sí se produce una opresión por parte de los hombres a las mujeres, pero esta opresión, como decimos, no existía en el momento inicial del proceso.

Así pues, y en resumen a todo lo dicho, se puede afirmar que las diferencias que se han podido observar en la identidad de hombres y mujeres a lo largo de toda la historia no se debe a la condición biológica de la mujer, sino a la consecuencia de esa condición biológica: esta diferencia de identidades fue el resultado de una diferente forma de relacionarse con el medio. De esta forma se podría decir que no existe una identidad femenina o masculina esencial y transhistórica determinada biológicamente, sino que esta identidad fue determinada en un principio por las condiciones culturales y materiales del momento.

ÁLVARO GARCÍA-CECA SÁNCHEZ

LA MUJER Y LA COMPUTACIÓN

LA MUJER Y LA COMPUTACIÓN

En el ámbito universitario español, las mujeres suponen un 54% de las matriculas, sorprendentemente (y no tanto según mi vecina de 68 años que me cuenta cómo las mujeres antes estudiaban filosofía para tener de que hablar y ahora estudian psicología porque “así, además, te educan a los niños”) en el ámbito de las matemáticas y la informática son sólo el 25% de ellas, y en las carreras de ingeniería y arquitectura alcanzan un 15%.

Esto es un pequeño reflejo de la participación de la mujer en este tipo de sector tecnológico de nuestro tiempo. Quizás den respuesta a esta baja participación las teorías sobre la educación, que ya, de primera mano, excluye a la mujer en este ámbito, o teorías de la diferenciación, en las que podemos encontrar la figura de la mujer como “incapaz” dentro de la tecnología.

Pero realmente las mujeres sí han tenido un hueco, aunque sea pequeño, en la tecnología de la computación, que además ha sido fundamental para el desarrollo de esta; nos encontramos, por ejemplo, con Augusta Ada King, matemática de primera mitad del siglo XIX,  y aunque en Wikipedia aparece como “ingles matemático y escritor […] único y legítimo hijo del poeta Lord Byron”, fue la primera mujer que constituirá la clave del desarrollo del actual computador. Entre sus logros encontramos, por ejemplo, el “lenguaje de programación” que le servirá para el desarrollo del primer programa de software.

Otro ejemplo de la participación de la mujer en este ámbito, que también se centrará en el lenguaje de programación (COBOL),  es la informática Grace Murray Hooper. Su lenguaje de programación (COBOL), considerado uno de los primeros lenguajes modernos en este sector, se centrará en utilizar palabras en vez de símbolos matemáticos. Hasta tal punto es importante su presencia en la computación que el NERSC ( una instalación operada por el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley y el Departamento de Energía que contiene varios racimos de supercomputadores) llamó al Crey XE6 superordenador “Hooper”.

Si nos acercamos un poco a nuestro tiempo encontraremos muchísimos más ejemplos; uno de los más destacados es Jude Milhon, también conocida como San Judas, programadora que reivindicará la posición de las mujeres en la red durante toda su vida, además de la piratería y el ciber sexo.

Ahora podemos encontrar hasta comunidades de programadoras o informáticas; desde  Agile Girls que ofrece talleres orientados a mujeres, hasta Sisters o LinuxChix que investiga el desarrollo de la participación mujer dentro de la informática y el software  libre, pasando por comunidades como Pyladies o Debian Women.

Como final del artículo del Diario.es “Mujeres y tecnología: aún pocas pero más visibles”, que desarrolla estas ideas y nos sirve como fuente, encontramos  esta frase de Laura Morillo (participante del grupo Agile Girls) “Que dejen de pensar que son ‘cosas de tíos’ o ‘de frikis’ y que no les dé miedo acudir a un evento pensando que se van a encontrar solas. Somos más de lo que parece”

 

En este punto, encendemos la televisión y nos encontramos con una publicidad sexista, y entonces recordamos que cobramos menos que nuestro compañero aunque estemos mejores cualificadas, y nos surge la pregunta de ¿Qué hace la tecnología  a favor de la mujer frente a este tipo de discriminación continua?

 Verónica Sanz González se respalda del constructivismo  en su tesis1 como marco teórico para explicar este fenómeno tecnológico, pues  este no funciona a su libre albedrío, si no que se encuentra determinado por el uso que el individuo le da, creando así una cultura informática. Esta idea es respaldada por Ruth Perry  y Lisa Greber en su artículo Women and Computers: an Introduction en el que afirman que la computación, y toda la tecnología que le rodea se encuentra,  como en muchos otros ámbitos,  gobernada por <<una burguesía capitalista como sistema económico y social>>.

Las soluciones que nos presenta en su tesis Sanz González se pueden resumir, dentro de los tres bloques que ella marca, en : la eliminación de los estereotipos, dejar de usar un <<software inadecuado>> ( ya sea de cara a los hombres como en los videojuegos en los que se observa  continuamente  discriminación, o  de cara a las mujeres en las que el ordenador no es un objeto de deseo),  la educación  igualitaria del uso de estas tecnologías  y su conocimiento, y, por último, un mayor uso de la red por parte de las mujeres (crear más usuarias que sean capaces de movilizarse). Prueba de este tipo de movilizaciones son la Women´s Computer Literacy Hndbook que se centraba en la segunda propuesta de solución que hemos nombrado o la Brytish <<Microsyster>>  la cual promovía el desarrollo del  autoempleo entre mujeres  como una de sus movilizaciones.

Quizás pregunta  que nos hacíamos anteriormente (¿Qué hace la tecnología a favor de la mujer […]?) empiece a cobrar sentido y a darnos una respuesta más amplia, ahora; con la mujer haciendo de la tecnología un lugar en el que no cabe la discriminación.

 

1-Ciencia, tecnología y género: el caso de las tecnologías de la computación. Verónica Sanz González. Universidad Complutense de Madrid.

                                                                                                                                                  Elisa Arbesú Sánchez.

Cambio en la identidad (Parte 1/2)

En todas aquellas sociedades donde las diferencias sociales, políticas y económicas entre unos individuos y otros son prácticamente inexistentes (principalmente, en los grupos sociales de carácter prehistórico) se advierte que la identidad personal de sus integrantes no es igual a la que tienen los individuos de la que comúnmente conocemos como sociedad moderna. Los individuos de estas sociedades o pequeños grupos que han escapado a la corriente de “nuestra” historia no sienten ninguna diferencia respecto a los demás. Su identidad personal es una identidad relacional, a diferencia de la identidad personal de los individuos que conforman la sociedad moderna, los cuales tiene una identidad individual o individualizada.

La identidad relacional normalmente se da en grupos con una economía de subsistencia. La falta de jerarquía tanto económica como política entre los integrantes de un grupo hace que éstos no se sientan diferentes a los demás, pues en el grupo todos son iguales estrictamente. Su identidad no está individualizada, sino que se funda en las relaciones afectivas que se tenga con el resto del grupo (las cuales son muy fuertes) y en el sentimiento de pertenencia a la comunidad, pero de tal forma que el todo siempre es más que la suma de sus partes. Por otra parte, en la sociedad moderna, donde sí se encuentran diferencias jerárquicas tanto económicas como políticas, la identidad personal de los individuos es una identidad individual. Las personas se sienten como diferentes unas de otras: están atomizadas.

Además de residir en las relaciones afectivas que una persona pueda tener con el grupo y su sentimiento de pertenencia a éste, la identidad relacional de estos grupos hace que traten a su entorno físico como parte del grupo, es decir, tanto las montañas, las nubes, los ríos o los arboles son identificados como parte del grupo. En estos elementos son proyectados sentimientos y capacidades humanas de tal forma que el entorno interactúa con los hombres en una misma dimensión carente de jerarquía. Lo más característico de estos grupos frente a la sociedad moderna es que sus integrantes no se perciben como algo diferente de su entorno ni de los demás, no hay varios “yo” y un mundo, sino que su identidad es la relación con su mundo y con los demás.

Una de las causas de esta situación en la que el entorno físico pasa también a ser un elemento más del grupo social es la falta de un sistema de representación abstracta: la falta de un lenguaje. Algo tan cercano y cotidiano como un mapa, tiene una gran importancia a la hora de determinar el modo en el que nos relacionamos con nuestro entorno. En el momento en el que representamos el entorno a través de un mapa (de forma abstracta) estamos rompiendo esa unión hombre-mundo y dejando paso a una visión en la que estamos nosotros y un mundo que interpretamos como distinto a nosotros. (Como se verá más adelante, este punto es importante para entender por qué fueron los hombres los que empezaron primero a dejar atrás una identidad relacional y a poseer una identidad más individual).

En las pocas sociedades de subsistencia que quedan hoy en día (las únicas que había en la prehistoria) además de no haber diferencia entre el grupo humano y el entorno, tampoco hay diferencia entre hombres y mujeres: tantos unos como otros tienen una identidad relacional. Sin embargo, a lo largo de la historia tan solo los hombres son los que van cambiando este tipo de identidad y se van individualizando. ¿A qué se debe esta diferencia? Los argumentos dominantes para justificar este cambio en la identidad de los hombres afirman que este cambio tan solo se produce en los hombres debido a la función maternal de las mujeres, la cual genera un sentido del vínculo más fuerte y, por tanto, refuerza su identidad relacional. Es decir, a partir de que el cuidado de los hijos por parte de la madre en el hogar ha sido la regla general a lo largo de la historia, se afirma que es debido a las relaciones más afectivas que surgen de esa situación el que las mujeres hayan mantenido una identidad relacional.

Si aceptamos este razonamiento, estaríamos aceptando que el mantenimiento de la identidad relacional por parte de las mujeres se debe a su condición biológica: estaríamos asociando biológicamente la maternidad con la identidad relacional. Sin embargo, varios estudios con primates, exactamente con los bonobos de África, demuestran que no existe relación alguna entre la función biológica materna y un mayor desarrollo de la identidad relacional. En estos grupos de monos, donde también existen diferencias físicas entre los machos y las hembras (de tamaño, fortaleza, peso…), tanto las hembras como los machos contribuyen al cuidado y mantenimiento de las crías. Gracias a este tipo de estudios se podría afirmar que desde el punto de vista biológico, la maternidad no implica que se haya de tener una identidad más relacional, ni más dependiente, ni con menos capacidad de decisión ni autonomía.

Así pues, ¿cuál es la causa de que los hombres hayan desarrollado a lo largo de nuestra historia una identidad individualizada y las mujeres se hayan mantenido en una identidad relacional?

Álvaro García-Ceca Sánchez

El Manifiesto Cyborg: una revolución nominal

Siguiendo la línea argumentativa de anteriores entradas, en las que se habló primero de las características de la revolución patriarcal en su carácter cultural y simbólico, para plantear, en segundo lugar, la importancia de los símbolos que atravesados por una tradición sesgada constituyen la materia prima desde la cual el individuo deberá constituirse como tal. Apoyándonos en los estudios sociológicos de Pierre Bourdieu vimos como la disposición de los símbolos culturales respondían a cierto orden: oposiciones en torno a la división del trabajo en el que lo objetivo frente a lo subjetivo, lo exacto y lo continuo, lo seco y lo húmedo, lo racional y lo emocional, entre otros pares, respondían socialmente a las diferencias construidas sobre lo masculino y lo femenino. Así la presencia axiológica de esta distribución no deja indiferente a la historia de la ciencia (Fox Keller; Reflexiones sobre género y ciencia): tanto en la revolución científica moderna, en la que Francis Bacon abanderaba la voluntad racionalista que anhelaba domar a la gran bestia, tortura de lo femenino para obtener respuestas concretas, objetivas, no subjetivas, racionales: en las que la ambigüedad de la carne humana no tuviese nada que ver con el resultado, ensoñación occidental: exactitud, verdad objetiva, intelección racional. Planteamos así la importancia de la crítica feminista como condición de posibilidad de una mirada clara frente al problema de las relaciones entre sexo, ciencia y tecnología. En el sentido heideggeriano (Pregunta sobre la técnica), la técnica como emplazamiento de la intención, permite ver que se emplaza desde los símbolos de la dominación masculina (Bourdieu) y la ciencia que se emplaza desde un sexismo latente ha de ser, necesariamente, ciencia mala (Fox Keller), y dejaremos apartada el problema del método que plantea a la autora para enfrentarnos a la bestia negra  con mil y pico nombres de la coherencia occidental: capitalismo tardío, sociedad postindustrial: ante la ruptura de la palabra como etiqueta, valga aquí la de «postmodernidad».

Donna Haraway, autora postmoderna a conciencia -si se puede decir conciencia en la postmodernidad-, neomarxista laxa, según algunos y feminista según casi todos, escribe lo que vas a ser un hito de la problematización postmoderna de la identidad: El sueño irónico de un lenguaje común para las mujeres en el circuito integrado, El manifiesto Cyborg (1984).

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Más cercana a Ridley Scott que a una versión robótica, el Ciborg de Donna Haraway se presenta como rechazo a un naturalismo que había monopolizado las categorías sexuales del individuo durante siglos como garante y creador de esas casillas simbólicas, esos sets  completos para un ¡construya su identidad sexual en seis cómodos pasos al precio del heteropatriarcado! y un coste adicional que no venía ni en la letra pequña: responde ante el producto adquirido, pese a ti, por nuestro negocio, con una posdata macabra que añade: la empresa no se hace responsable de posible exclusión social, hacinamiento o presiones psiquiátricas frente a la tensión entre su identidad y nuestros estándares.

En la tercera página de su manifiesto ciborg [1], Donna Haraway escribe: «A finales del siglo XX -nuestra era, un tiempo mítico-, todos somos quimeras, híbridos teorizados y fabricados de máquina y organismo; en unas palabras, somos ciborgs. Éste es nuestra ontología, nos otorga nuestra política. Es una imagen condensada de imaginación y realidad material, centros ambos que, unidos, estructuran cualquier posibilidad de transformación histórica.» 

Esta ontología política constituye una reacción negativa frente a «tres rupturas limítrofes cruciales que hacen posible el siguiente análisis de política ficción (ciencia política)» (pag. 4): El cyborg rompería las brechas entre 1) la animal y lo humano, 2) la mente y el cuerpo y 3) el cuerpo-mente humanos y la máquina.

«Las máquinas de este fin de siglo han convertido en algo ambiguo la diferencia entre lo natural y lo artificial, entre el cuerpo y la mente, entre el desarrollo personal y el planeado desde el exterior y otras muchas distinciones que solían aplicarse a los organismos y a las máquinas. Las nuestras están inquietantemente vivas y, nosotros, aterradoramente inertes» (pag.5)

Esta determinación tecnológica, dice la autora, se basa en la comprensión de toda vida como texto codificado que puede ser comprendido y modificado. La teoría del cyborg rechaza imágenes totalizantes y unidades naturales capaces de abarcar esencialmente la realidad de las personas humanas. «Las feministas del ciborg tienen que decir que ‘nosotras’ no queremos más matriz natural de unidad y que ninguna construcción es total. La inocencia, y la subsecuente insistencia en la victimización como única base de introspección han hecho ya bastante daño» (pag.12).

Ante la ineficacia sociológica de las categorías de hombre y mujer para el capitalismo tardío, Haraway propone un terminología para el tránsito entre el tradicional «Capitalismo patriarcal blanco» y lo que ella va a llamar «informática de la dominación». En las páginas 16 y 17 nos ofrece las dos columnas categóricas que ilustran el tránsito que ella propone desde su propuesta ontológica:

Representation / Simulation
Bourgeois novel, realism / Science fiction, postmodernism
Organism / Biotic Component
Depth, integrity / Surface, boundary
Biology as clinical practice / Biology as inscription
Physiology / Communications engineering
Small group / Subsystem
Perfection / Optimization
Eugenics / Population Control
Decadence, Magic Mountain / Obsolescence, Future Shock
Organic division of labour / Ergonomics/cybernetics of labour
Functional specialization / Modular construction
Bioogical determinism / Evolutionary inertia, constraints
Community ecology / Ecosystem
Racial chain of being / Neo-imperialism, United Nations humanism
Family/Market/Factory     /     Women in the Integrated Circuit
Public/Private / Cyborg citizenship                                   Freud / Lacan
Sex / Genetic engineering
Labour / Robotics
Mind / Artificial Intelligence
Second World War / Star Wars
White Capitalist Patriarchy / Informatics of Domination
Nature/Culture    /   Fields of difference

Futurama!

Esta lectura postmoderna que Donna Haraway nos presenta a modo de ontología irónica incluye, pese a todo, graves carencias tanto ontológicas como irónicas, pues si bien el manifiesto cyborg da cuenta de la infuncionalidad de las actuales categorías de género respecto de la división del trabajo que impone la sociedad postindustrial, la alternativa que ofrece nos resulta más un comentario oportunista en un mercado garantizado de antemano que una propuesta capaz de hackear los problemas estructurales de su momento político y cultural. A su vez, el planteamiento radicalmente liberal que subyace tras el manifiesto cyborg lo aleja, bajo nuestro punto de vista, del genuino potencial que revela la inadecuación de los géneros a la división del trabajo de la era de la información.

Retomando, como avisábamos al principio, la línea argumentativa de anteriores entradas (A la raíz desde el análisis de la revolución patriarcal) debemos recordar como ciertos binomios simbólicos caracterizaron la división ideológica del trabajo. Frente a esta división laboral y cultural, las tres rupturas que sitúa Haraway en su manifiesto Ciborg son cruciales como cambios estructurales que rompen el esqueleto taxonómico que sustentaba estas divisiones. El núcleo de nuestra crítica a su propuesta categórica y ontológica consiste en denunciar la subordinación radical e ilegítima de la naturaleza al descubrimiento de su complejidad y potencial, es decir, Donna Haraway hace del descubrimiento de los secretos que tradicionalmente mantenían los dualismos clásicos, un sistema ontológico postmoderno liberal, pues, su discurso es revolucionario frente a las barreras de la libertad individual, pero frente a los problemas estructurales no deja de ser una revolución que no cambia nada, un conformismo que se esconde tras la revolución nominal de las relaciones sociales. Me he dado cuenta de que le podemos llamar a todo de otra manera, quizás, y sólo quizás, una vez le llamemos a todo de otra manera podamos hacer algo:

Lo que vayan a ser los ciborgs es una interrogación radical. Las respuestas son un asunto de vida o muerte. Tanto los chimpancés como los artefactos poseen su propia política. ¿Por qué no nosotros? (de Waal 1982, Winner 1980). ( Pag.6) No es sólo que la ciencia y la tecnología son medios posibles para una gran satisfacción humana, así como una matriz de complejas dominaciones, sino que la imaginería del ciborg puede sugerir una salida del laberinto de dualismos en el que hemos explicado nuestros cuerpos y nuestras herramientas a nosotras mismas. No se trata del sueño de un lenguaje común, sino de una poderosa e infiel heteroglosia. Es una imaginación de un hablar feminista en lenguas que llenen de miedo a los circuitos de los supersalvadores de la nueva derecha. Significa al mismo tiempo construir y destruir máquinas, identidades, categorías, relaciones, historias del espacio. A pesar de que los dos bailan juntos el baile en espiral, prefiero ser un ciborg que una diosa. (Pag.38)

Para concluir cabe decir que si bien Haraway identifica con claridad del laberinto, la salida, se la inventa. Desde un discurso irónico ofrece una salida nominal a un problema estructural con un discurso que no cura la herida que sangra, solamente la anestesia.

La ruptura de la funcionalidad del género, aparejada al auge necesario de los discursos que lo desenmascaran, respecto de la división social, cultural y político, es un fenómeno con mil rostros que esconde la manera específica en la que el patriarcado estructural y tecnológico sigue subordinando ontológicamente la labor de la mujer frente a la del hombre en puestos iguales en aquellos países desarrollados y poblados por identidades para las cuales fue escrito el manifiesto Cyborg. ¿Cómo desenmascarar y derribar la función publicitaria de la mujer en nuestra sociedad, el carácter «normal» del cobrar menos por hacer lo mismo y del aspirar a menos pese a trabajar más estadístico, sus limitaciones morales respecto de su vida sexual, su carácter objetual en el modelo pornográfico de relación ideal-estandarizada? Sin duda estos son fenómenos que no pueden ser desligados del conflicto de clase, pues todas estas relaciones de dominación descritas no pueden ser pensadas al margen de un modelo productivo: social, cultural, económico, político.

Los problemas ya los conocíamos. Aquí hemos visto la propuesta Cyborg, la cual cumple con su función, una función que no coincide con la que a sí misma se otorga, y satisface las expectativas puestas en ella, dentro del alcance relativista, ahistórico e irónico, para más inri, de la expectativa postmoderna. Una revolución nominal que le propone al ser vivo explotado ser un cyborg explotado.

Alberto Coronel Tarancón

¿DETERMINACIÓN BIOLÓGICA?

¿Cuál es el papel de la biología en el comportamiento humano? ¿Existen características en nuestra naturaleza que puedan determinar determinadas intuiciones y comportamientos? ¿Hasta qué punto las diferencias entre hombres y mujeres se pueden explicar por ciertas características esenciales de nuestra naturaleza, por la cultura o por la interacción entre ambos aspectos? ¿Hay una base biológica en nuestra naturaleza que justifique la división de las tareas y los comportamientos entre hombre y mujeres? ¿Está determinado biológicamente la subordinación de las mujeres a los hombres?

El determinismo biológico ha sido uno de los refugios más solicitados a lo largo de la historia para dar cuenta o justificar las diferencias sociales entre hombre y mujeres. Uno de los primeros en hacerlo fue Aristóteles, el cual apelo a la naturaleza para justificar las posiciones que ocupaban en la sociedad no sólo los hombres y las mujeres, sino también los hombres libres y los esclavos. En La Política se puede observar como defiende que desde el nacimiento unos hombres están destinados a ordenar y otros a obedecer dependiendo de su naturaleza (dependiendo de su determinación biológica). En este aspecto, podemos considerar a Aristóteles unos de los grandes impulsores del determinismo biológico que ha llegado hasta nuestros días y que ahora defiende la sociobiología.

La sociobiología afirma que determinados comportamientos humanos están basados en determinaciones genéticas, y que éstas son adaptaciones basadas en el principio de selección natural de Darwin. Es decir, dichas determinaciones genéticas son el resultado de diferentes adaptaciones para la supervivencia. Sin embargo, para que está teoría fuese válida debería demostrarse que el comportamiento humano está basado en una configuración genética específica, lo cual ha sido desmentido por numerosos genetistas y por la sociobiología misma: no es posible vincular ningún comportamiento humano a un gen específico o a una configuración genética.

Así pues, la única argumentación válida para justificar una base genética del comportamiento humano ha de tener un carácter circular: la sociobiología parte del supuesto de las bases genéticas del comportamiento y selecciona distintos tipos de comportamientos animales y humanos. Tras ello inventa una historia especulativa en la cual, dichos comportamientos sirven para aumentar el éxito reproductivo de los individuos y con ello la supervivencia de la especie. De esta manera queda justificado en círculo la existencia de una base genética que provoca ciertos comportamientos que conducen a la supervivencia: la supervivencia justifica que haya una base genética determinada y la base genética justifica que los individuos hayan conseguido adaptarse para sobrevivir.

Es claro que los individuos de cada especie se comportan siempre dentro del límite de sus capacidades físicas, que en última instancia están determinadas por sus genes (los peces no caminan y los humanos no volamos, por ejemplo). Pero lo que la sociobiología pretende no es únicamente dejar determinadas estas capacidades físicas de cada especie por los genes, sino también explicar comportamientos humanos enormemente complejos y variables (que varían dentro de los individuos y de la cultura) en función de una base genética.

Una de las críticas más importantes desde el ámbito de la ciencia a la concepción biológico-determinista afirma que uno de sus problemas es establecer una separación radical entre los determinantes genéticos y el medioambiente que afectan al comportamiento humano. Pues, en el momento actual, se sabe científicamente que la acción y el desarrollo de los genes en un organismo no es algo aislado de los factores medioambientales que afectan a dicho organismo. Un gran número de genetistas afirman que los organismos son “sistemas abiertos” que incorporan constantemente información y energía del exterior, y cambian y se desarrollan en constante relación con su entorno. Por tanto, a diferencia de la idea determinista, no se puede separar los factores internos (los genes) y externos (cultura y sucesos subjetivos) a la hora de determinar el comportamiento de un organismo.

Sin embargo, a pesar de estas críticas, persisten ciertas concepciones basadas en el determinismo biológico que se utilizan para justificar las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres. Como dicen Lewontin, Rose y Kamin “el argumento determinista-biológico sigue la siguiente estructura: empieza citando la evidencia, los “hechos” de las diferencias de posición, estatus y poder entre hombres y mujeres en nuestra sociedad. Se considera que estos hechos (tomados como incuestionables) dependen de tendencias psicológicas anteriores que se explican, a su vez, por las diferencias biológicas subyacentes que presenta la estructura del cerebro o de las hormonas de hombres y mujeres. El determinismo biológico muestra, pues, que las diferencias humanas del comportamiento entre el hombre y la mujer encuentran un paralelismo en las sociedades no humanas (entre lo primates, los roedores, las aves), lo que les aporta una aparente universalidad que no puede ser negada simplemente deseando que las cosas sean de otro modo o más justas. Las leyes biológicas no admiten apelación alguna. Y finalmente el argumento determinista sostiene que las diferencias de sexo han surgido gradualmente por selección natural a consecuencia de los diferentes papeles biológicos que ocupan los dos sexos en la reproducción, convirtiéndose en una gran ventaja adaptativa; las desigualdades no sólo son inevitables, sino que también tienen su función”.

Ahora bien, en contra de está tesis determinista que establece una desigualdad en la naturaleza del hombre y la mujer en función de diferencias hormonales o cerebrales, existen estudios que sostienen que tales hormonas sexuales no son simplemente masculinas o femeninas, ya que los dos sexos generan ambos tipos de hormonas (lo que varía es la cantidad generada en uno y otro sexo). Por otra parte, se considera que dichas hormonas son altamente sensibles a factores internos como la circulación de proteínas, el metabolismo de las enzimas y receptores celulares, y a factores externos como el efecto del medioambiente y las situaciones sociales y económicas: “la complejidad de los sistemas de desigualdad entre hombres y mujeres se opone a la localización simplista de los efectos hormonales que se dan en el cerebro del recién nacido. El grado de su explicación que debe pretenderse se halla en el campo psicológico, social y económico” (Lewontin, Rose y Kamin).

Hasta aquí se han expuesto varios argumentos en contra del determinismo biológico fundamentados científicamente. Sin embargo, aun pensando que no sean válidos estos argumentos y aun afirmando que hay ciertas determinaciones biológicas que diferencian a hombres y mujeres (lo cual, personalmente, no creo), todavía quedaría un elemento en la naturaleza del ser humano que no debería tolerar las diferencias entre sexos si se supone que éstas fuesen el efecto de determinaciones genéticas (o lo que es lo mismo, determinaciones físicas). Este elemento es aquel al que se le suele llamar “racionalidad” (la psyché), el cual, a pesar de lo que muchos sociobiólogos y neurocientíficos crean, es irreductible a una dimensión física.

 

ÁLVARO GARCÍA-CECA SÁNCHEZ

¿Acciones positivas o discriminación positiva?

Encontramos diversas posiciones respecto a esta pregunta que encabeza la entrada de hoy; algunos piensan que es lo mismo, otros, piensan que “discriminación”, aunque positiva, conlleva un tono despectivo, y otros no saben lo que es. Según la definición de la RAE la discriminación positiva es  una” protección de carácter extraordinario que se da a un grupo históricamente discriminado, especialmente por razón de sexo, raza, lengua o religión, para lograr su plena integración social.” Y la acción positiva es definida según el Comité Para La Igualdad Entre Hombres Y Mujeres del Consejo de Europa, como una “estrategia destinada a establecer la igualdad de oportunidades por medio de unas medidas (temporales) que permitan contrastar o corregir aquellas discriminaciones que son el resultado de prácticas o de sistemas sociales.”

La verdad es que el Boletín Oficial del Estado lo llama “acciones positivas” pero en esta entrada, pese a las distintas ideas que se pueda tener de la palabra, los usaremos como sinónimo de un mismo concepto, pues no nos interesa en este caso el lenguaje, sino cómo afecta esto en lo social.

Al parecer, este recurso apareció en los años ochenta referido a la mujer para una mayor inclusión de esta en el entorno social, pero el concepto es anterior, pues fue en los años sesenta en Estados Unidos a favor de los afro-americanos cuando se impulsó esta idea.  Ellos consiguieron convertirlo en ley, pero hace unos pocos años empezaron de nuevo con la problemática, sobre todo en la educación, que se refleja muy bien en la descripción que hacía el presidente del Tribunal John Roberts  «La manera para parar la discriminación racial es poner fin a una discriminación que se basa en la raza”.

Como podemos ver en estos dos artículos de El País h bn ttp://elpais.com/diario/2007/06/29/internacional/1183068002_850215.html y de El Mundo  http://www.elmundo.es/america/2013/06/24/estados_unidos/1372088972.html está ley de discriminación positiva empieza a flaquear, y no es sólo que el Tribunal Supremo la declarase anticonstitucional, o que ni las reclamaciones constantes procedentes del ámbito universitario también lo denostaran, sino que los porcentajes que encontramos en el segundo artículo “La opinión pública está dividida sobre la conveniencia de seguir utilizando esta política. Las encuestas no son concluyentes. Según una encuesta del » Wall Street Journal», el 45 % está a favor y en contra del mismo porcentaje. Otra encuesta, el Washington Post, sin embargo, indica que el 76 % se opone a esta política”, Hay que tener en cuenta que según el BNC de 2004, la población de raza negra o afro estadounidenses es aun de un 12,8% y como afirmaba un reportaje del Buró Nacional del Censo (BNC) ; “ El congelamiento industrial que siguió a la crisis financiera de 2008 amplió en varios dígitos la diferencia en cuanto a bienestar social que ya existía entre blancos por un lado, y asiáticos, hispanos y negros en el norteño país. En 2005 los blancos ganaban 12 veces más que los negros estadounidenses y ocho veces más que los hispanos, en el último lustro la Gran Recesión vino a exacerbar este desequilibrio social.

Volviendo a la cuestión que nos ocupa de feminismo y sociedad, es en 2007 cuando podemos ver, en España, este tipo de medidas recogidas en la Ley de Igualdad. así se concretaba en los artículos publicados en el BOE:

Artículo 11. Acciones positivas.

1. Con el fin de hacer efectivo el derecho constitucional de la igualdad, los Poderes Públicos adoptarán medidas específicas en favor de las mujeres para corregir situaciones patentes de desigualdad de hecho respecto de los hombres. Tales medidas, que serán aplicables en tanto subsistan dichas situaciones, habrán de ser razonables y proporcionadas en relación con el objetivo perseguido en cada caso.

2. También las personas físicas y jurídicas privadas podrán adoptar este tipo de medidas en los términos establecidos en la presente Ley.

6. La consideración de las singulares dificultades en que se encuentran las mujeres de colectivos de especial vulnerabilidad como son las que pertenecen a minorías, las mujeres migrantes, las niñas, las mujeres con discapacidad, las mujeres mayores, las mujeres viudas y las mujeres víctimas de violencia de género, para las cuales los poderes públicos podrán adoptar, igualmente, medidas de acción positiva.

Artículo 26. La igualdad en el ámbito de la creación y producción artística e intelectual. b) Políticas activas de ayuda a la creación y producción artística e intelectual de autoría femenina, traducidas en incentivos de naturaleza económica, con el objeto de crear las condiciones para que se produzca una efectiva igualdad de oportunidades.

Artículo 32. Política española de cooperación para el desarrollo.

3. La Administración española planteará un proceso progresivo, a medio plazo, de integración efectiva del principio de igualdad y del enfoque de género en desarrollo (GED), en todos los niveles de su gestión, que haga posible y efectiva la aplicación de la Estrategia Sectorial de Igualdad entre mujeres y hombres, que contemple actuaciones específicas para alcanzar la transversalidad en las actuaciones de la cooperación española, y la promoción de medidas de acción positiva que favorezcan cambios significativos en la implantación del principio de igualdad, tanto dentro de la Administración como en el mandato de desarrollo de la propia cooperación española.

Artículo 43. Promoción de la igualdad en la negociación colectiva.

De acuerdo con lo establecido legalmente, mediante la negociación colectiva se podrán establecer medidas de acción positiva para favorecer el acceso de las mujeres al empleo y la aplicación efectiva del principio de igualdad de trato y no discriminación en las condiciones de trabajo entre mujeres y hombres.
Aquí dejamos una serie de noticias sobre la controversia causada por la discriminación positiva:

Rechazada la elección de un consejero del BCE por la falta de candidatas femeninas

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/23/actualidad/1350958994_851198.html

Romper el techo de cristal a golpe de ley.

La Comisión Europea quiere imponer un 40% de mujeres en los consejos pero encuentra fuertes resistencias.

La vía voluntaria se revela insuficiente

¿Una rigidez excesiva para las empresas?

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/05/actualidad/1349467289_834011.html

Cameron frena la cuota femenina en los consejos de administración

El grupo, encabezado por Reino Unido, envía un escrito para advertir que no apoyará el proyecto de directiva que prepara la Comisión

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/09/17/actualidad/1347884152_242737.html

Los hombres de organismos de igualdad rechazan la discriminación positiva

ABCVALLADOLID. Los hombres que trabajan en los organismos de igualdad consideran necesaria una visión de esta realidad más amplia, no sólo centrada en las mujeres, sino que abarque ambos sexos.

http://www.abc.es/hemeroteca/historico-20-03-2010/abc/CastillaLeon/los-hombres-de-organismos-de-igualdad-rechazan-la-discriminacion-positiva_114312559054.html

Discriminación positiva

http://www.diariocordoba.com/noticias/opinion/discriminacion-positiva_175410.html

La discriminación (positiva) en Ingeniería de la Chile: ¿por qué las académicas apoyamos los cupos de equidad de género?

http://noticias.terra.cl/tecnologia/bits-ciencia-sociedad/blog/2013/09/13/la-discriminacion-positiva-en-ingenieria-de-la-chile-%C2%BFpor-que-las-academicas-apoyamos-los-cupos-de-equidad-de-genero/

VIDEOS:

Gabilondo: a favor de la discriminación positiva

http://www.youtube.com/watch?v=PCiVSHP4lu4

Toni Cantó – La Sexta Noche – No Creo En La Discriminación Positiva

http://www.youtube.com/watch?v=pWwl85nQrVA

Después de  esta información nos surgen preguntas como la de ¿por qué considerar a alguien por su sexo y no por sus méritos? U otras que se nos presentan en los artículos mencionados como ¿insulta esta ley a la inteligencia de la mujer? o ¿no es erróneo pretender acabar con la discriminación abusando de la discriminación?

Es entonces cuando examinamos ciertos comentarios como los vistos arriba y estadísticas como las que podemos encontrar en el INE y que transcribimos:

Ocupados por situación profesional (% respecto del total de cada sexo)
2011 2010
Varones Mujeres Varones Mujeres
Trabajador por cuenta propia (total)

19,9

12,3

20,3

12,4

Empleador

6,7

3,3

7,2

3,5

Empresario sin asalariados o trabajador independiente

12,4

7,9

12,3

7,7

Miembro de cooperativa

0,2

0,1

0,2

0,1

Ayuda familiar

0,6

1,0

0,7

1,0

Asalariados (total)

80,0

87,6

79,6

87,6

Asalariados del sector público

14,6

21,3

14,0

20,7

Asalariados del sector privado

65,4

66,4

65,7

66,8

Otra situación profesional  

0,0

 

0,0

 

0,1

 

0,0

Fuente: Encuesta de Población Activa. INE

Una conclusión que es posible sacar es que,  aunque se pueda responder de modo afirmativo a las preguntas anteriores puede ser cierto que aun queden por lo menos 50 años de vigencia de esta  Ley para que puedan vislumbrarse una conciencia de igualdad.

Enlaces a las fuentes:

http://spanish.argentina.usembassy.gov/eua_en_cifras.html

http://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2007-6115

http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259931459725&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param3=1259924822888http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259931459725&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param3=1259924822888

http://www.empleo.gob.es/uafse_2000-2006/equal/ProductosEqual/archivos/AD_444_producto_1.pdf

Elisa Arbesú Sánchez

Minientrada

I. Forgotten successes

Women have been involved in the development of science since ancient times, but their participation was not always perceived. In the following part of the article will try to explain the under-appreciated and at the same time priceless  position of women standing beside their husbands, promoters and fellow researchers. Women occupy only the position of assistants, so who would want to document in the discovery a secretary or housekeeper of scientist? Ridiculous, is not it? Thus, women were not appreciated for their participation in the study because they were taken only as a minor help. I will present an outline of a few selected (of a wide range) scientist and researchers. I want to only present occurring  phenomenon and to highlight its existence and importance

Jocelyn Bell Burnell, a British astrophysicist, as a PhD student working under the direction of Antony Hewish. Jocelyn Bell first observed pulsars – the type of neutron star. In the 1974 for this discovery Hewish and Martin Ryle received the Nobel Prize in physics.  Omission Jocelyn Bell in the Nobel Prize is considered to be one of the most controversial decisions in the history of Nobel Prize.

Another woman remaining in the shadow of a man, this time in the shadow of her husband is Esther Lederberg, a microbiologist, immunologist and geneticist.  She worked on the bacteria genetics. Along with her husband dealt the work on replica planting, but Joshua Lederberg shared the success of Nobel Prize with George Beadle and Edward Tatum.

Lise Meither, Austrian nuclear physicist, the first years of working for free, as a volunteer at the side of the chemist Otto Hahn to the Institute in Berlin had to enter through the back door. At that time women were not allowed to study or engage in scholarly activities. There were also not allowed to participate in the classrooms and laboratories. In 1909 they co-discovered the phenomenon of radioactive recoil, and in subsequent years, many of radioactive nuclides. In 1944, Otto Hahn was awarded the Nobel Prize in Chemistry, Lise Meitner was omitted, not taken into account the workload.

When Maria Sklodowska-Curie, got the first Nobel Prize, has been written about it, she is «a devoted colleague of her husband», «that helps him bravely», that «feeds into the sacred fire, whenever she saw that dims» and that Mr. Curie «of gallantry shared with his wife honor of his discovery.» Because she could not achieve alone in the study. She was a woman.

In the similar situation were also other women : Chien-Shiung Wu which participated in the development of the atom bomb, Rosalind Franklin which discovered helical structure of DNA. Harvard University refused to give the title of Doctor to Mary Calkins Whinton, even that she fulfill all the conditions for doing so.

Silvia Knobloch-Westerwick in 2013 examined more than a thousand scientific articles from the years 1991 to 2005. The analysis showed that scientists prefer cite the work of men than women. Subsequently, in 2012, two researchers from Radboud University Nijmegen showed that in the Netherlands, gender has an impact on the evaluation of candidates for professors. That situation has been observed also in Italy and the USA.

              The phenomenon referred here, got even the own name, which indicates that these cases are not only erroneous omission of women, but gender plays an important role in science and the pursuit of career success. Matilda effect, noticed by Margaret Rossiter in 1993, named this phenomenon after the American activist fighting for the rights of women, Matilda Gage, the first in the late nineteenth century, drew attention to the discrimination of women in scientific achievements.

In the book  «Athena Unbound: The advancement of women in science and technology» Henry Etzkowitz, Carol and Brian Uzzi Kemelgor argue that «women to start their careers and achieve success,  meet on their way a series of obstacles related with gender, which still ongoing, In spite of recent progress. «(free translation)

What is the reason for the low participation of women in modern science? How much time we need to break out of the stereotypes network?  Let us continue this subject in the following second part related to the position of women in science and their image in the eyes of society and great thinkers.

 

II. The vicious circle

What influenced on the image of women and their place in the modern world? What and/or who led to the current state of what we call discrimination against women in areas of academia, work and study?

Image of a woman in the eyes of thinkers, of course, was not homogeneous, but you must remember that their phrase have often a significant impact on the general views of the world.  In the follow part I quote a few subjectively selected, and at the same time favorite, quotes.

“Just as it sometimes happens that deformed offspring are produced by deformed parents, and sometimes not, so the offspring produced by a female are sometimes female, sometimes not, but male, because the female is as it were a deformed male.” ;
“A woman is worse than being a man, physically, morally and intellectually” -Aristotle (Generation of Animals, 1943)

“Men are by nature merely indifferent to one another; but women are by nature enemies” –Schopenhauer («On Women» 1970)

“God created woman. And boredom did indeed cease from that moment — but many other things ceased as well! Woman was God’s second mistake.” Nietzsche (The antichrist 1888)

“In the most intelligent races, there are a large number of women whose brains are closer in size to those of gorillas than to the most developed male brains. This inferiority is so obvious that no one can contest it for a moment”;
“Without doubt, there exist some distinguished women, very superior to the average man, but they are as exceptional as the birth of any monstrosity, as for example of a gorilla with two heads” ;
“A desire to give them the same education, and to propose the same goals for them, is a dangerous chimera.” – Gustave le Bon (1879)

For a long time there was the belief that a woman is not equal to man in the field of science and politics, and should only take care of the offspring and her husband. For this reason a woman do not have access to education, could not take part in making decisions process about the country’s policy or provide to the public.

In France, the word «student»(female) (une etudiante) meant «student’s lover» and so treated young women residing in the university district. Sorbonne began accepting women in 1867, so 610 years after it was created. However, for French women was very difficult to get to school because of the existing beliefs about the «role of women», or lack of proper education. In France, from 1880 the girls could attend school. Still, the curriculum of boys and girls was very different. Boys learned in high schools physics and biology, Latin and Greek, the knowledge of which was required for matriculation exams allow access to higher education. Girls in the newly created schools participated mainly in practical classes and prepared to drive home. After only 57 years female’s high school adopted the same curriculum.

Thus,  scarcely in the twentieth century, most universities stopped accepting only men in the group of students. Until then, women were excluded from academic education. By mid-nineteenth century, the dominant view was that the cause of lower participation of women in science are the biological and psychological characteristics (biological determinism), which had caused them less able to deal with scientific activities.

Currently prevailing view, that the primary causes are social, cultural and religion (cultural determinism), which in many ways reduce (to women) dealing with scientific activities and achieving success in this area.

                   It is also worth to mention again the theory of Pier Bourdieu about symbolic power. That invisible force,  which  purpose to influence the upper classes on the lower classes( subordinated); has  an internal stigma on the society and on the needs and intentions of people. Let’s look at an interesting example of symbolic power  visible in the relationship between the sexes:

Think, most women want a man higher, stronger, with better social position and recognizes mindlessly that finding that partner just is in their personal interest, while this system places them in a subordinate position to this particular man (going on this road, men in general) and this situation is more in the interest of man. It is a simple and classic example of symbolic power. Women have such an idea as a result of the impact of a culture of male dominance.

Thus, closes the vicious circle…

 
Joanna H Królik

BUSCANDO UN TERCER SEXO

Beauvoir como una de las primeras en buscar los orígenes de la diferenciación y posterior discriminación de la mujer, propone una teoría que a mi juicio es muy original en su época y trasciende hasta hoy en día, a la que de una manera muy vaga podemos llamar teoría de la “Alteridad recíproca”. Al contrario que muchas otras feministas contemporáneas y posteriores que pretenden sustituir los valores masculinos por los femeninos, Beauvoir en su obra “ El segundo sexo” apuesta por un intercambio de valores diferentes en una condición de igualdad, puesto que hombres y mujeres nos necesitamos entre sí, cosa que no ocurre entre dos razas con denominadores comunes diferenciados que hacen que “el otro” sienta odio y deseo de exterminio. Ahora bien, marcar esa diferencia ha servido de estrategia para una mayor discriminación, por eso en su punto de partida, Beauvoir no establece relaciones de igualdad, superioridad o inferioridad.

 

La pregunta por la que comienza no va a ser otra que la de: “¿Qué es una mujer?”, lo que le hace retrotaerse a los primeros escritos en los que se hace mención a la mujer y encontrarse con un Pitágoras y una tabla de los contrarios hablando en contra de la mujer al colocarla en el lado del mal, la negatividad o el error. Aquí hace falta aclarar que la tesis de Beauvoir es fundamentalmente culturalista, aunque admite algunas tesis biologicistas, dirá que la cultura viene a redefinir los factores biológicos por medio de valores sociales. De esta manera, pondrá de manifiesto cómo se ha intentado arrebatar a la mujer ya no solo la función humana, intelectual o creativa sino también la animal, concediéndole al hombre, o más bien al esperma del hombre el papel activo en la reproducción y relegando al ovario a ser el receptor pasivo y secundario que se encarga de alimentar al niño ya configurado en el esperma. Pero es que a pesar de los descubrimientos ciéntificos que demuestran la simetría y analogía de los núcleos de los gametos, todavía hoy en día se perpetúa la creencia de que el hombre tiene un papel preferente a la hora de atraer, conquistar y fecundar lo que aún no es efectivo; y algo tiene que ver la teoría psicoanalista todavía tan en boga.

 

Como decíamos Beauvoir reconoce la inferioridad física justificada por una constitución fisiológica menos fuerte, pero sobretodo la crisis que le toca vivir provocada por la menstruación y de la que ella no es responsable. Tras esto a modo de conclusión provisional deduce que si no existiese la violencia no tendría sentido hablar de inferioridad. Al hilo de esto podríamos hablar de una doctrina feminista biologicista planeada por Firestone en la que se dejan de lado los valores sociales y se relaciona la capacidad natural femenina de trabajo con la capacidad artificial de la máquina como sustitutivo de la primera. Aunque, de acuerdo con la crítica al materialismo dialéctico de Beauvoir, no es que la mujer no sea apta para el uso de ciertas herramientas de trabajo; sino que cuando el hombre las descubre proyecta en ellas las ideas de dominio y expansión. Dicho esto vamos a desarrollar más detalladamente la relación entre la mujer y la técnica y en el materialismo dialéctico para posteriormente ilustrar la brillante conclusión final a la que llegará nuestra autora.

 

Según el materialismo dialéctico de Engels el hombre se conoce a sí mismo gracias al utensilio, según Beauvoir, tomando a Heidegger, el hombre proyecta en el utensilio la idea de dominación de la Mujer-Naturaleza. Y esto tiene lugar en un momento concreto de la historia. Cuando la tribu nómada se asienta y comienza a reunir ganado y cultivar frutas y verduras, la mujer se encarga de esta última tarea y de muchas otras e incluso comercia con estas mercancías resultantes de su trabajo. De esta manera la mujer es sus distintas representaciones (Gea, Cibeles, Isis etc.) reina en las primeras ciudades primitivas. Pero con el paso de la piedra al bronce el hombre de la tribu encuentra una herramienta con la que dominar la naturaleza y a la mujer. Los campos de cultivos se amplían y caen bajo la responsabilidad del hombre, y la mujer queda condenada a permanecer en la casa, en un primer momento de sus padre y después de su marido como el mejor postor, dedicándose únicamente a cuidar a sus descendientes. Las diosas que inspiraban únicamente miedo se colocan a la derecha de los dioses( Zeus, Ra, Osiris) que además de castigar premian y lo más importante implantan un orden regido entre ellos y los hombres armados de los primeros instrumentos de control. La técnica triunfa sobre la superstición. Por eso, para añadir en último lugar, el patriarcado tecnológico debe acabar y dar lugar a un socialismo en el que la participación de la mujer sea igual de central que la del hombre.

PAULA VILLAR

Proyecciones en la Naturaleza

Con la llegada de la ciencia moderna, la concepción de naturaleza cambia radicalmente. Aquella visión que concebía a la naturaleza en su conjunto como algo vivo por sí mismo y con una esencia animada (la physis griega) pasa a convertirse en una visión mecanicista de ésta. Esto se produce con la llegada de la ciencia moderna, la cual ve el mundo (la materia) como algo inerte, inanimado y sometido a leyes universales. Este cambio de concepción significa que la naturaleza es algo que el hombre puede someter y controlar si averigua cuáles son las leyes que imperan en ella.

A la primera concepción se la ha acusado de ser una simple proyección de las experiencias humanas en la naturaleza y, por ello, de no ser objetiva. Desde la magia, pasando por la astronomía y la alquimia, los primeros intentos de explicar los fenómenos naturales han sido acusados de no ser objetivos: de imponer esperanzas, deseos y temores humanos en el mundo natural. Así pues, la llegada de la ciencia moderna y su nueva visión del mundo significa la realización de investigaciones libres de cualquier proyección de carácter humano en la naturaleza. La ciencia moderna se caracteriza por su objetividad.

Sin embargo, Evelyn Fox Keller, en su libro Reflexiones sobre Género y Ciencia, afirma que la ciencia moderna tiene su forma de proyección propia. La nueva ciencia proyecta sobre la naturaleza los rasgos característicos del hombre moderno: el desinterés, la autonomía, la alineación, etc. Para justificar esta afirmación, se basa en los procesos de construcción del “yo” en los niños/as.

En un primer momento, el niño (nos referiremos tanto al niño como a la niña) no distingue el mundo real de sí mismo, sino que todo se le da en un continuo de pensamientos, imágenes, sentimientos, etc. El primer objeto que se dibuja como algo separado él es la madre. La separación de ésta significa empezar a reconocer por parte del niño un mundo “ahí fuera”, separado de él. No obstante, siempre queda la dimensión emocional, sentimental, que deseará volver a la unión con la madre, lo cual significaría no reconocer una autonomía con respecto a un mundo separado.

De esta forma, se produce una diferenciación entre lo emocional, que significa renunciar a un mundo objetivo distinto de nosotros, y lo no-emocional, que significa considerar nuestro “yo” como algo distinto y autónomo del mundo exterior.  Esta objetivación del “yo” como algo autónomo y separado del mundo exterior es lo que Evelyn Fox Keller relaciona con la proyección de la ciencia moderna. La imagen que el hombre moderno tiene de sí mismo, como un ser autónomo y no impregnado de emociones y sentimientos, es la que se proyecta en la forma de ver la naturaleza. Esa visión de la naturaleza como algo objetivo e inanimado, según Fox Keller, obedece a la imagen que el hombre moderno tiene de sí mismo como autónomo y objetivo.

Hasta aquí hemos desarrollado la teoría de la autora, la cual no me convence del todo debido a una cuestión. La proyección que el hombre moderno realiza en la naturaleza la justifica mediante la construcción del “yo” durante la infancia. En dicha construcción, como hemos dicho, se separa, por una parte, la dimensión emocional en la que tiene lugar el deseo del niño por seguir siendo un “todo”, es decir, el deseo de no separar entre un “yo” y el mundo; y por otra parte, ese “yo” autónomo y libre de sentimientos que se enfrentan objetivamente al mundo exterior. Ahora bien, tanto las personas que tenían una concepción naturalista de la naturaleza como los que tienen una visión mecanicista y objetiva de la naturaleza han tenido este proceso de construcción del “yo” en su infancia. Por lo tanto, dado que ambos tipos de personas (en referencia al tipo de concepción) han experimentado el mismo proceso de construcción de “yo”, no se podría decir que sea este proceso y sus consecuencias la causa de las distintas proyecciones que se hacen sobre la naturaleza.

Álvaro García-Ceca Sánchez

Gracias Gutemberg

Seguimos adentrándonos en la historia. Esta vez en un punto más concreto: el nacimiento de la imprenta en 1448 gracias a un orfebre alemán llamado Johannes Gutenberg.

Esta innovación tecnológica, que permitiría la reproducción de textos e imágenes de un modo asombroso, ha obtenido el consenso suficiente para ser considerada por muchos como la primera revolución cultural.

Justo en este momento histórico es cuando nos planteamos la pregunta de qué ha hecho esta gran revolución por la mujer; nos encontramos con lo que parece un avance con John Amos Comenius en 1630, pedagogo, filósofo y teólogo nacido en la República Checa, quien además de proponer métodos didácticos, reclamó la enseñanza de la lectura para todos los hombres “Nadie debe ser excluido, sino aquellos a quienes Dios negó en absoluto el sentido o el conocimiento”. Así vemos como habla de la creación de un nuevo espacio para la mujer en la educación, pues además de ser  hija de Dios, “está igualmente dotada de entendimiento ágil y capaz de la ciencia (a veces superiores a nuestro sexo)” , pero seguimos leyendo y nos encontramos de nuevo con  una imposibilidad al avance  que parece no llegar, pues reconocer que la mujer tiene las mismas capacidades no sirve de mucho; cito textualmente; “ Nadie me objete aquello del Apóstol: No permito enseñar a la mujer (1. Tim. 2.12), o lo de Juvenal en la Sátira 6a.: «No tenga afición a hablar la matrona que junto a ti duerma, ni retuerza el entimema con lenguaje rotundo, ni sepa todas las historias.» Ni aquello otro que pone Eurípides en boca de Hipólito: Odio a la erudita; no haya jamás en mi casa mujer que sepa más de lo que conviene a una mujer, pues ella tiene mayor astucia que los eruditos chipriotas. Todas estas cosas no son pruebas contra nuestro aserto, puesto que nosotros pretendemos educar a la mujer, no para la curiosidad, sino para la honestidad y santidad. Y de todo esto lo que más necesario les sea conocer y poder, ya para proveer dignamente al cuidado familiar, como para promover la salvación propia, del marido, de los hijos y de la familia.”

Como conclusión, además del dato sobre la astucia de los sabios chipriotas, nos hacemos una pregunta, y es que, aunque no está muy claro cuando comienza el movimiento feminista, aun siendo cierto que Rousseau y otros ilustrados hablarán de las desigualdades de la mujer, no es hasta 1792 en que Mary Wollstonecraft publica su  “Vindicación de los derechos de la mujer” en Inglaterra, cuando podemos hablar de un movimiento encabezado por la mujer.  Esta pregunta de la que hablábamos arriba, y para no andarnos con mas rodeos es ¿no hay en más de trescientos años una reivindicación de la mujer? ¿Significa eso que la tecnología está tan desvinculada de la sociedad como para no provocar ningún efecto en los derechos del 51% de la población?  Parece asombroso que los propios inventos del hombre, los más importantes incluso, resulten tan perezosos cuando se trata de avanzar respecto de los derechos de la mujer.

Seguiremos informando… pero parece que finalmente la relación entre tecnología y mujer no va a resultar tan evidente como algunos varones puedan creer.

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   Elisa Arbesú Sánchez.